La más guapa, mi madre
Aprovechando que el pasado domingo fue el día de la madre, felicidades a todas. Ayer despedía con emoción a una paciente que dentro de poco irá a la boda de su único hijo. Lo hemos preparado con mucho cariño.
Ya os había comentado otra vez, la pena que da mostrar tus 60-70 años cuando se casan tus hijos y justamente cuando estamos mejor ellos aún son muy pequeños. Entonces ellos miran las fotos y dicen ,como lo hacía uno de mis hijos el otro día mirando las fotos, “¡Que guapa eras de joven!”. Yo me lo tomo como un mensaje de aviso que en el fondo me manifiesta que me necesita ver bien a su lado mucho tiempo. Por ello es muy importante, sobre todo a partir de los 35 años, hacer “medicina preventiva estética”- como yo la llamo-. Nos cuidamos para enlentecer nuestro envejecimiento para que nosotros y los demás podamos /puedan disfrutar de nuestro buen aspecto más tiempo. Los hijos cada vez tardan más en ser independientes y casarse, y nosotros al revés, tenemos más esperanza de vida ¿Qué os parece?
Y volviendo al caso, os invito a ver el resultado de esta madre en sus sesenta y tantos, que iba a la boda de su hijo y quería mostrar su mejor cara en ese día. Hemos querido mejorar su mirada, rellenar ojeras, suavizar arrugas de entrecejo y conseguir así una gran luminosidad y naturalidad en su rostro (los ojos están coloreados con el fin de facilitar su anonimato). Se fue tan contenta, y le dije que quería foto de la boda. Son las fotos del recuerdo, que verán sus nietos y su hijo. Yo también las guardo, y no digáis que no habéis dicho muchas veces: “La más guapa, mi madre”.
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