Hilos que visten la Celulitis
Es un símbolo femenino, señal de nuestras hormonas (estrógenos y progesterona) que en épocas pasadas eran un signo de belleza y hoy en día nos gusta bien poco mirarla.
No obstante, las mujeres tenemos que hacer un cambio mentalidad a la hora de tratarla; si sólo una o dos de cada cien mujeres se libra de ella, es que se trata de las alteraciones más comunes que tenemos, y habrá que analizarlas con más calma y tomar medidas preventivas y encontrar el tratamiento idóneo para cada caso con el fin de mejorar.
Para ello es importante hacer una visita diagnóstica:
Historia Clínica ( genética, alimentación, hábitos tóxicos,, etc..)
Inspección (mirar, tocar y valorar el grado y tipo de la Celulitis)
Hacer una termografía, para comprobar si se trata de celulitis, flaccidez, retracciones cicatriciales, etc…
Y una vez tengamos toda la información es cuando explico a la paciente los distintos tratamientos personalizados para su caso. Suelo combinar varias técnicas para los diferentes tejidos afectados: tejidos graso, vascular y conjuntivo. Es en este último donde se ha avanzado más en los últimos años.
Debajo de la piel existe una capa compuesta por colágeno y elastina y que forma el tejido conjuntivo. Con el tiempo éste se va degradando y envejeciendo. Los “hilos mágicos”, que utilizan los orientales para la cara, consiguen formar una malla de colágeno (como si fuera un vestido) que mejora la calidad de la piel, y tensará la piel con esas celulitis de tipo fláccida.
Esta semana mientras hacía una visita diagnóstica de una chica por sus “hoyuelos” en la zona lateral de sus muslos. Sobretodo dos de ellos eran profundos. No veía nada que me indicara ningún grado de celulitis en ellos, y le pregunté a la paciente si recordaba algo que pudiera explicar esa “rareza” (accidente, inyecciones, liposucción,..). Después de mucho pensárselo me comentó que de niña solían jugar a competir con otras a ver quién se daba las patadas más fuertes sobre el lateral. Sí, esa pequeña anécdota me confirmó que esos hoyuelos no podían mejorar con los métodos anticelulíticos pues eran adherencias post-traumáticas de la piel y no celulitis. En fin, y para terminar deciros que con celulitis como sin ella nos tenemos que ver estupendas.
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